Centros financieros mundiales y paraísos fiscales
Por: Sandra Berciano García / sandraberciano@gmail.com
Londres y Nueva York han sido los centros financieros más importantes del mundo desde la mitad del siglo XX hasta hoy. Sin embargo, en los últimos años, otras ciudades, especialmente del sudeste asiático, se están consolidando como serias competidoras de estas dos ciudades y su posición se tambalea. El mundo ha pasado de la bipolaridad heredada de la segunda guerra mundial a la multipolaridad. Tres grandes áreas se disputan la hegemonía financiera mundial: Norteamérica, Europa y el Sudeste Asiático.
Se consideran centros financieros internacionales a las ciudades que cuentan con un número importante de bancos, sociedades financieras, compañías de seguros y empresas de importancia internacional, además de tener un potente mercado de valores. Algunas consultoras elaboran y publican listas de los centros financieros más importantes del mundo. Especialmente dos de ellas se consideran una referencia en el mundo económico. Nos referimos, por un lado, al “Índice global de centros financieros” (GFCI), publicado por la londinense “British think-tank Z / Yen” y patrocinado por Qatar Financial Centre Authority , y por otro, al “Índice de Desarrollo Internacional de Centros Financieros”, confeccionado por la Agencia de Noticias Xinhua de China, la Bolsa Mercantil de Chicago y Dow Jones & Company, de Estados Unidos.
Según el último informe, elaborado en marzo de este año por la consultora londinense, Nueva York ha superado a Londres en el ranking por primera vez en los últimos quince años, aunque la diferencia es insignificante, de tan solo dos puntos sobre mil. Para elaborar este índice se utilizan factores de cinco grandes áreas de competitividad: ambiente de negocios, desarrollo del sector financiero, infraestructuras, capital humano y factores generales y de reputación.
El índice elaborado por el consorcio chino-americano, mantiene a las tres primeras ciudades en el mismo orden, aunque modifica las posiciones de las siguientes. El orden es: Nueva York, Londres, Hong Kong, Tokio, Singapur, Shangái, París, Frankfurt, Chicago, Sydney.
En cualquiera de las dos listas predominan las ciudades asiáticas y a continuación vienen las ciudades europeas y norteamericanas. Este ranking de centros financieros mundiales, se refiere a la suma de todos los aspectos considerados. Teniendo solo en cuenta algunos de los factores, las posiciones pueden variar. Por ejemplo, la Bolsa de Nueva York, en Wall Street, es con mucha diferencia, el mayor mercado de valores del mundo. Tokio es el segundo y Londres el cuarto. Suiza y Londres, en ese orden, son los principales administradores de fondos privados del mundo. Luxemburgo es el mayor centro de fondos de inversión de Europa y Chicago el mayor mercado de derivados del mundo.
¿Y qué hay de las ciudades latinoamericanas? Las posiciones que ocupan en el ranking son poco relevantes, pero su fortaleza está en su crecimiento respecto al resto de economías mundiales. Nos referimos a las ciudades americanas, no a Madrid, que ha caído 17 posiciones en el último año y ocupa el lugar 71, justo por detrás de México D.F.
GFCI Latinoamérica y España
Parece clara la estrecha relación existente entre el poder económico de un país y su importancia como centro financiero mundial, sin embargo, observando la lista completa del GFCI , la cual incluye a 83 centros, vemos que muchos de ellos ocupan una posición que no se corresponde con su fortaleza como país.
Por ejemplo, Luxemburgo, el país número 71 por PIB, pero número 12 en el ranking del GFCI; Mónaco, 136 por PIB, 24 en el GFCI o Jersey y Guernsey, unas pequeñas islas del canal, que aparecen en las posiciones 41 y 42 del GCFI, muy por delante de ciudades como Milán, Pekín, Bruselas, Moscú o Madrid, por citar tan solo unas pocas.
Estos centros financieros, llamados offshore o extraterritoriales (OFC, por sus siglas en inglés), están especializados en ofrecer servicios financieros a empresas y particulares con muy bajos impuestos y mucha opacidad, basándose en el secreto bancario. Constituyen los llamados paraísos fiscales y existen alrededor de 40 en todo el mundo. Se ubican principalmente en el Caribe, especialmente las Islas Caimán, Bermuda y otras, pero también en Europa (Jersey, Guernsey, Isla de Man, Gibraltar…) y Asia. No es fácil averiguar cuánto dinero manejan, pero a finales del año 2009 se estimó que sus activos y pasivos eran de alrededor de cinco billones de dólares. Compárese con los 8 billones que suman Estados Unidos, Alemania y Francia juntos. El problema es aún más alarmante al percatarse del crecimiento que experimentan, cercano al 10% anual.
No todo el capital constituido en estos centros offshore es de origen ilegal, pues la constitución de una empresa en uno de estos centros tiene ventajas legales y tributarias. Según el Gobierno de los Estados Unidos, más de 700 empresas que cotizan en bolsa están constituidas en las islas Caimán, entre ellas Coca-Cola, Oracle o Seagate Technology. El que no sea ilegal, no significa que no sea una forma de evadir impuestos.
¿De dónde proceden los fondos financieros ilícitos? Desde luego de actividades ilegales: fuga de capitales, evasión de impuestos, crimen organizado como terrorismo, tráfico de armas, prostitución, drogas, extorsiones, mordidas, etc.
Por estados, según el estudio elaborado por Global Financial Integrity para el periodo 2002-2011, dos países destacan sobre el resto: China (107.557 millones de dólares), Rusia (88.096 millones), seguidos de México (46.186 millones), Malasia (37.038 millones), India (34.393 millones), Arabia Saudí (26.643 millones), Brasil, Indonesia, Irak e Indonesia.
Es evidente que los paraísos fiscales perjudican gravemente la economía de los países y de los ciudadanos, que ven mermado su nivel de vida por la evasión de capitales. El Foro Mundial y la OCDE han establecido mecanismos elaborando listas blancas, negras y grises sobre el cumplimiento de las normas internacionales en materia de transparencia. Para entrar en la lista blanca es necesario firmar 12 acuerdos de intercambio de información fiscal. Desde la aceptación de estas normas hasta la implantación plena de las mismas, los países están en una lista gris. Este sistema está dando resultado, pues, por ejemplo, todos los países del Caribe salvo uno, inicialmente en las listas negra y gris, lo han acabado aceptando.
En cualquier caso, estos mecanismos parecen insuficientes, dando la sensación de que se podría hacer mucho más si los gobernantes de las primeras economías del mundo quisiesen. ¿Tal vez no les interese? ¿Está el poder político completamente sometido al poder económico?