Caquetá: tesoro verde de Colombia

Un departamento de belleza natural sin par, en el corazón de la selva Amazónica, hoy se presenta como un destino emergente, dándole una mirada diferente al turismo del país, gracias al apoyo de USAID y su programa Destino Naturaleza, que promueve un enfoque regenerativo, que no solo busca preservar el entorno, sino también revitalizarlo.
Caquetá, conocido como “el tesoro verde de Colombia”, es un destino emergente que está cambiando el rostro del turismo en el país sudamericano. Con su vasta biodiversidad y su cultura única, ofrece una experiencia que va más allá de ser simplemente, un lugar para visitar: es un encuentro profundo con la naturaleza y las comunidades que la habitan.
En este rincón del mundo, donde la Selva Amazónica comienza a desplegarse, el turismo regenerativo se ha convertido en una herramienta poderosa para transformar tanto a los visitantes como a los lugareños. El Programa Destino Naturaleza de USAID, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, promueve un enfoque regenerativo que no solo busca preservar el entorno, sino también revitalizarlo.
Además, este programa de USAID abre una oportunidad para promover y fortalecer el desarrollo económico de las regiones, al tiempo que ayuda a la conservación de los ecosistemas y la protección de la biodiversidad local, buscando que a cada paso en el proceso del turismo se respeten los entornos naturales, y que las comunidades locales contribuyan a la construcción y reparación ecológica y social del territorio.
Cabe indicar que, para el 2032, Colombia tiene el compromiso de convertirse en un destino con oferta diferenciada, competitiva y sostenible para posicionarse mundialmente como un destino emblemático y preferido en torno al turismo de naturaleza.
Turismo Regenerativo:
más que sostenibilidad
El turismo regenerativo va un paso más allá de la sostenibilidad. Mientras que el turismo sostenible se enfoca en minimizar el impacto negativo en los ecosistemas, el turismo regenerativo se basa en crear un impacto positivo, contribuyendo activamente a la restauración de la naturaleza y a la mejora de la calidad de vida de las comunidades locales.
Caquetá, con su riqueza natural y cultural, es el escenario perfecto para que este enfoque se desarrolle y prospere. Cada visita deja una huella positiva, fortaleciendo los lazos entre las comunidades locales, la biodiversidad y los turistas.

Torrentismo en la cascada La Avispa:
descendiendo a la aventura
El viaje a Caquetá comenzó con una experiencia emocionante: el torrentismo en la cascada La Avispa a solo 20 minutos de Florencia, la capital del departamento caqueteño. Esta impresionante caída de agua ofrece un reto para los amantes de la adrenalina.
El descenso en rappel de 45 metros permite a los visitantes no solo desafiar sus propios límites, sino también conectar con la majestuosidad de la naturaleza. Rodeados por un exuberante paisaje selvático, el sonido del agua golpeando las rocas se convierte en una sinfonía natural que acompaña cada paso del recorrido.
El objetivo de la experiencia, a parte de conectar con la belleza natural del entorno, es lograr llegar hasta la parte más alta de la cascada, superando obstáculos, caminando, lanzándose por toboganes, saltando a las pocetas y terminar, descendiendo en rapel por cuerdas, en medio de adrenalina pura con emociones inolvidables.

Los Portales del Fraguita y
la cascada Lágrima del Gigante
A continuación, el recorrido nos llevó a los Portales del Fraguita, en el municipio de San José del Fragua, a unos 62 kilómetros de Florencia. Este sitio es famoso por la cascada Lágrima del Gigante, una formación natural que parece salida de un cuento de hadas.
La cascada, en medio de una densa vegetación, invita a la reflexión y la contemplación. El agua, al caer desde las alturas, forma un velo cristalino que refleja la luz del sol y crea un ambiente casi místico.
Pero la aventura no terminó allí. El río Fragua Chorroso, con su corriente tranquila y aguas claras, ofrece una oportunidad perfecta para el tubbing. Deslizarse sobre las aguas, rodeado por el verde exuberante de la selva, es una forma única de experimentar la tranquilidad y la belleza de este ecosistema. Aquí, el contacto con la naturaleza es total, y cada segundo refuerza la conexión con el entorno.
Reserva Natural Las Palmas:
refugio de biodiversidad
A solo 14 kilómetros de Florencia, se encuentra la Reserva Natural Las Palmas, un paraíso para los amantes de la naturaleza. Este refugio alberga una increíble variedad de especies de flora y fauna, muchas de ellas endémicas de la región amazónica.
La visita incluyó un recorrido por la famosa Cueva de los Colores, una formación geológica fascinante, que parece un lienzo pintado por la naturaleza misma. Los minerales que recubren sus paredes reflejan una gama de colores que van desde el naranja hasta el verde, creando un espectáculo visual inigualable.
Otro punto destacado fue el Charco del Amor, un remanso de paz escondido entre los árboles. Este pequeño lago, de aguas claras y tranquilas, invita a la meditación y a la reconexión con uno mismo.
Los guías locales, conocedores profundos de la región, comparten a lo largo del recorrido, narraciones de las leyendas y mitos asociados a este lugar, enriqueciendo aún más la experiencia.
San Vicente del Caguán y
la belleza del Cañón de Aguas Claras
El recorrido culminó en San Vicente del Caguán, un municipio que fue escenario del conflicto y que actualmente, el contexto del turismo regenerativo le está permitiendo surgir como un destino turístico lleno de esperanza.
A 160 kilómetros de Florencia, la Reserva El Pescador y el Cañón de Aguas Claras ofrecen paisajes impresionantes y experiencias inolvidables. El cañón, con sus paredes de roca imponentes y sus aguas cristalinas, es un recordatorio del poder transformador de la naturaleza.
Aquí, los visitantes pueden realizar caminatas, avistamiento de aves y sumergirse en aguas puras que parecen venir de otros tiempos.
La comunidad Indígena Uitoto y
la historia viva del Caquetá
La cultura también tiene un lugar importante en este viaje. La visita a la comunidad indígena Uitoto fue un recordatorio del profundo vínculo entre los pueblos ancestrales y la tierra.
Los Uitoto, guardianes de saberes milenarios, comparten con los visitantes y turistas su cosmovisión del mundo y tradiciones arraigadas, mostrando cómo la selva no solo es su hogar, sino una entidad viva con la que mantienen una relación de respeto y reciprocidad.
De regreso a Florencia, el edificio Curiplaya y el Museo Caquetá ofrecen una visión de la historia y la diversidad cultural de la región. Aquí, los turistas pueden aprender sobre la evolución del departamento de Caquetá, desde sus orígenes indígenas hasta su papel en el contexto moderno.
Cada objeto expuesto en el museo cuenta una historia que ayuda a entender la compleja interacción entre la naturaleza, la cultura y la historia en este lugar, y como todo hace parte de la riqueza e inigualable belleza de este lugar incomparable de Colombia.

Filiberto Pinzón Acosta. Fotógrafo, videógrafo y periodista gráfico colombiano ha sido galardonado como uno de los profesionales más destacados del país de todos los tiempos. Es el director y productor de la marca El Rollo de Fili, programa de promoción turística de Colombia. Síguelo en: YouTube: elrollodefili; Instagram: @elrollodefili; Facebook: filiberto pinzon y email: elrollodefili@gmail.com