London Fashion Week: oportunidad para la renovación

Colin Gordon 

www.colindgordon.co.uk 

Foto: Alice Temperley & Matty Bovan – LFW AW21

“Después de un año increíblemente desafiante para la industria, es lo que todos necesitamos para levantarnos”. Esta fue la importancia que atribuyó Caroline Rush, directora ejecutiva del Consejo Británico de Moda (BFC), al último LFW (del 19 al 23 de febrero) y al nuevo alcance de creatividad que brindó, cuando fue citada por Sky News, en la apertura.  

El sector, declaró Rush, se está recuperando del «impacto desproporcionado» de la combinación de la pandemia y el Brexit. Esto era precisamente porque el BFC necesitó «pivotar y adaptar el evento muy rápidamente», trasladando las pantallas y pasarelas a una plataforma digital fácilmente accesible tanto para el público en general como para todos que trabajan en el sector de la moda. 

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La corresponsal de moda del Evening Standard, Chloe Street, reconoció que, aunque había echado de menos la emoción de asistir a las pasarelas en persona, el nuevo formato no había restado valor al “talento evidente que se muestra, con diseñadores exhibiendo colecciones vivificantes que hablaban de una vida post-vacuna ”. Citó como ejemplos a Simone Rocha, Erdem, Preen, Molly Goddard, Eudon Choi, Vivienne Westwood, Osman y Temperley. 

Sin embargo, hay opiniones encontradas dentro del sector sobre si incluso cualquier optimismo cauteloso está justificado, dado que el número de minoristas que cierran sigue aumentando.  

Como las restricciones del confinamiento en Inglaterra terminarán el 21 de junio, son las repercusiones del Brexit en lugar de la covid-19 que ahora preocupan más al sector de la moda británica. En un artículo, el editor político del Observer, Toby Helm, se centró en el caso de una compañía especializada en seda, ubicada en Greater Manchester, que se ha establecido en «un nicho de la alta costura», pero ahora está participando en el “éxodo al Unión Europea”. Como su director, Mike Bennett, explicó, sus clientes en el continente no aceptarán los cargos y aranceles aduaneros adicionales resultantes del acuerdo del Brexit y básicamente cambiarán a sus competidores en la UE, por lo que su única opción ha sido mover elementos de su comercio a Francia. 

Las nuevas complicaciones fueron recalcadas por el diseñador Paul Costelloe en entrevistas: Accesorios tales como cremalleras de Alemania o textiles de Italia “se quedan atascados en el aeropuerto de Heathrow o Stansted durante dos semanas y para cuando los recibo, el Show por el cual eran requeridos ya vino y se fue”. 

La ansiedad que experimentan los minoristas de moda británica que ahora deben pagar una tarifa promedio del 12% al reexportar a la UE, ha provocado 450 renombradas figuras del sector, entre ellas Dame Vivienne Westwood y la modelo Twiggy de los años ’60, a firmar una carta abierta al Gobierno. Advierte, en palabras de la veterana diseñadora Katherine Hammett, que «las marcas británicas morirán sin una revisión radical de los arreglos aduaneros con la UE”. 

Organizada por Tamara Cincik, directora ejecutiva de la “Mesa Redonda de Moda”, enfatiza que, no obstante que el sector contribuye “más al PIB del Reino Unido que las industrias de la pesca, la música, el cine y automovilística, juntas, hemos sido ignorados”. Además, «paridad en el apoyo es vital» para salvar los 890.000 puestos de empleo restantes en la producción textil y de la moda del Reino Unido después de la pérdida de 176.718 durante el año pasado debido a una disminución de aproximadamente 33% en el gasto de los consumidores en los últimos estilos. 

Mientras tanto, la editora de moda del Sunday Times, Jane McFarland, parecía alborozada el 14 de febrero de que «una industria famosa y exclusiva» se haya visto obligada a volverse más democrática: Un boleto para un desfile es normalmente algo que el dinero no puede comprar: un mundo cerrado reservado para celebridades y editores de moda. Este año, por fin, no hubo discusiones sobre quién se sentaría “FROW” (primera fila) ya que todos o cualquiera podría “WFH” (mirar desde casa). 

Esto significa, comentó la diseñadora Alice Temperely a McFarland, no tener que negar acceso de gente a un espectáculo con asientos limitados. Esta será una excelente noticia para los muchos estudiantes universitarios de artes de Liverpool, Manchester, Birmingham y otras partes de Gran Bretaña cuyos predecesores esperaron pacientemente en largas colas bajo el viento y la lluvia en LFW anteriores, a menudo por más de una hora, aferrados a sus invitaciones y que al final, no se les permitió entrar. 

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(Molly Goddard-16 Arlington-Palmer´Harding)
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