Adaptarse para sobrevivir: la continua resiliencia de la Moda Británica

Medidas internacionales y la realidad de la industria marcan una época de dificultad para el diseño y la confección inglesas, de renombre mundial y con una historia de alta costura que los precede. Al parecer, para los expertos, la principal causa ha sido la abolición, por parte del Gobierno conservador del Régimen de Exportación Minorista con IVA, que permitía a los visitantes extranjeros recuperar la tasa que habían pagado por los bienes adquiridos durante su estadía en Gran Bretaña.

“Como fuerza impulsora detrás del LFW (London Fashion Week), seguimos comprometidos con el fomento de la creatividad, la defensa de la sostenibilidad y el apoyo al crecimiento del sector en el escenario internacional”. Con estas palabras, el Consejo de la Moda Británica celebró efusivamente la apertura de la última Semana de la Moda de Londres (20 al 24 de febrero), que contó con afiliados del BFC como Burberry, Erdem y Simone Rocha y mostró las colecciones de una amplia gama de otros diseñadores como Genaro Rivas (Perú), Wanni Fuga (Nigeria), Paolo Carzana (Gales) y Pauline Dujancourt (Francia).

El estado de ánimo de Caroline Rush, la directora ejecutiva saliente del BFC, fue, sin embargo, algo más sombrío. En un artículo para la revista Elle del 20 de febrero sobre los desafíos que enfrenta actualmente la industria, destacó que      “nuestra comunidad está bajo una gran presión y una amenaza real”.

A esto se suma, el desalentador estado de la escena de la moda británica en parte a factores como la crisis del coste de la vida, que ha provocado un aumento significativo de los precios de la energía, los materiales y la manufactura, además el impacto duradero del Brexit.

Sin embargo, en su opinión, la principal causa ha sido la abolición por parte del Gobierno conservador, el 1 de enero de 2021 del Régimen de Exportación Minorista con IVA, que permitía a los visitantes extranjeros recuperar la tasa que habían pagado por los bienes adquiridos durante su estadía en Gran Bretaña. Para Rush y, de hecho, para la mayoría de las empresas que atienden a turistas, es imperativo que se restablezca este acuerdo franquicia de impuestos.

La industria ha cambiado y hay que ser recursivos

Los ejecutivos de la moda, observó el colaborador de 3dlook.ai – Luke Christou el 5 de enero, de antemano, anticipan un año difícil. Para hacer frente a esto, necesitan adaptarse a las tendencias que están transformando la industria, especialmente la metamorfosis digital del mundo de los negocios y la creciente demanda de personalización a través de la tecnología.

El BFC es claramente consciente de esto, por lo que organizó un debate sobre el ‘Futuro del Comercio Minorista en el Reino Unido’, en la tienda de moda LFW, 245 Regent Street, el 22 de febrero. El panel de seis personas, que incluía la diseñadora Helen Kirkum, dos ejecutivos de Selfridges y un director de galería Adrian Gibson, se centró especialmente en cómo alentar al público a nuevamente procurarse sus artículos en los almacenes en lugar de hacerlo en línea.

Antes de su feria comercial en el Centro Nacional de Exposiciones (NEC) en Birmingham del 1 al 4 de febrero pasado, la organización Spring Fair enfatizó que, si los empresarios del Reino Unido quieren seguir siendo relevantes en un mercado competitivo, es imperativo que incorporen la Realidad Virtual (VR) y la Realidad Aumentada (AR) en los servicios que ofrecen.

La VR facilita a los clientes visitar tiendas virtuales, explorar salas de exposición y realizar transacciones sin salir de sus hogares, mientras que la AR permite una “prueba” virtual utilizando “smartphones” o espejos “smart” y la capacidad de ver no solo qué tan bien queda la ropa sino también cómo cambia con diferentes colores.

El comentarista de Netguru, Kamil Swigtkiewicz, en su evaluación del 4 de diciembre de 2024, de las tendencias de comportamiento del consumidor para 2030, explicó que la mayoría de los probadores virtuales funcionan utilizando AR para escanear el cuerpo de una persona.

Cuando se potencia con inteligencia artificial (IA), calcula las medidas físicas del comprador, crea un modelo 3D de cuerpo completo que luego se combina con la identificación por radiofrecuencia (RFID) que examina los productos que desea probarse. Por último, la tecnología superpone los productos escaneados sobre el modelo 3D para que el cliente puede decidir cuál quiere elegir.

Swigtkiewicz cita como “un gran ejemplo” de este sistema la aplicación en la venta de anteojos. Warby Parker dice que hace posible no solo que los clientes pueden probar diferentes monturas de gafas, sino que también analiza la forma y la calidad del rostro para ayudarlos a realizar su adquisición.

El mundo virtual al servicio de la productividad

Spring Fair cree, por su parte, que ya la tienda física se está convirtiendo en un espacio experiencial donde los consumidores pueden tocar y sentir los productos, participar en actividades exclusivas y disfrutar de servicios personalizados, mientras efectúan la mayor parte de sus compras en línea.

Todo esto ha hecho esencial una reevaluación fundamental de cómo ha funcionado hasta ahora el sector de la moda y la vestimenta en el Reino Unido. Esto es aún más el caso cuando, como reconocieron la diseñadora neozelandesa Emilia Wickstead y su homóloga serbia Roksanda Ílincic a la editora de moda de The Guardian, Jess Cartner-Morley, en su informe del 24 de febrero, sostiene que “LFW está pasando por un momento difícil y que menos representantes de la industria internacional están asistiendo al evento”.

Por eso, Rush declaró en el London Standard del 20 de febrero que “el talento por sí solo no es suficiente. Necesitamos un apoyo financiero, comercial y cultural constante para garantizar que Londres siga estando a la vanguardia de la moda mundial”.

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