Cuidado con la adicción a los videojuegos. Tus hijos pueden estar padeciéndola

Por Laura María Penagos Arana

La sociedad ha normalizado que nuestros niños o adolescentes tengan como regalo, en cualquier ocasión, una consola de videojuegos como la PlayStation o Xbox, sin saber los peligros que pueden esconder estas famosas videoconsolas. En esta era de desarrollo tecnológico con juegos online y el game streaming, donde se puede entablar conversación con un amigo o un desconocido, se esconde un alarmante caso de trastornos de adicción derivados del consumo de videojuegos.

Para la CIE-11, manual diagnóstico utilizado por psiquiatras y psicólogos y la OMS, el trastorno por uso de videojuegos se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente, que puede ser en línea (es decir, por Internet) o fuera de él, y que se manifiesta por, primero, deterioro en el control sobre el juego; segundo, incremento en la prioridad dada al juego, al grado que se antepone a otros intereses y actividades de la vida diaria, y por último, una continuación o incremento del juego a pesar de que tenga consecuencias negativas.

Este vertiginoso avance en el área de la tecnología ha hecho que, cada vez más, los niños y adolescentes tengan acceso en una edad más temprana a los videojuegos. Hay que añadir que, puesto que los padres y madres tienen extensas jornadas laborales o disponen de un escaso tiempo de ocio para ellos mismos, piensan que la mejor opción para los más pequeños es este tipo de entretenimiento, vendido como un deber social, para ser un padre o madre “cool”. Sin un control parental, esto puede desembocar en una verdadera adicción para el cerebro escasamente formado de un niño o adolescente, que, si miramos con técnicas de escáner o imagen cerebral, puede llegar a mostrar pocas diferencias a nivel cerebral con una persona drogadicta a sustancias como el alcohol o la cocaína.

Siguiendo con la definición de la CIE del trastorno por uso de videojuegos, el patrón de comportamiento del juego puede ser continuo o episódico y recurrente. El patrón de comportamiento del juego da como resultado una angustia marcada o un deterioro significativo en las áreas de funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional u otras áreas importantes.

El comportamiento del juego y otras características normalmente son evidentes durante un período de al menos 12 meses para que se asigne un diagnóstico, aunque la duración requerida puede acortarse si se cumplen todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas son graves. En otras palabras, los jóvenes que, después de adquirir estas videoconsolas o a través del computador o la tablet, empiezan, después de cierto tiempo, a mostrar una conducta de aislamiento (preferir jugar que estar en familia). Dejan de sociabilizar como antes lo hacían (salir con amigos y ahora no tanto).

Se irritan o se ponen irascibles o ansiosos si se les pone límites en el uso de videojuegos; su rendimiento académico empieza a disminuir (prefieren jugar que realizar tareas académicas) o son incapaces de crear, mantener o rendir adecuadamente en un ambiente laboral (en caso de que el tema se mantenga hasta la juventud y la adultez), se pueden evidenciar rasgos de adicción a los videojuegos.

¿Qué hace tan adictivo a un videojuego?

Como adultos, y haciendo una evocación a nuestra infancia ¿Cuántos de nosotros no ansiábamos pertenecer a un grupo? De hecho, es una tendencia natural en el ser humano: el deseo de pertenencia social. En la gran mayoría de los casos, todos tuvimos un grupo de amigos o de amigas, con el que compartimos gran parte de nuestras primeras vivencias al separarnos de nuestro núcleo familiar. Como es de esperar, este deseo de pertenencia también lo tienen los más jóvenes hoy en día, pero, al estar todo tan digitalizado, pueden llegar a pensar que una vida virtual puede reemplazar al mundo real, y que un grupo de amigos mediante los videojuegos se asemeja a una amistad real.

Otro factor a tener en cuenta es que, cada vez más, las industrias de videojuegos hacen más atractivos los videojuegos, con técnicas de imagen cada vez más realistas, un fácil acceso a la consecución de logros rápidos que provoca un “boost” de dopamina mediante esa satisfacción instantánea, funcionalidades en los personajes que los hacen más humanos y características premium para aquellos que pagan o que pasan más horas jugando, haciendo más adictivo el deseo de jugar y destacar en un juego en línea.

Se facilitan momentos de felicidad y diversión, factores clave que hacen que se desencadene una adicción. Como se puede observar, la dopamina, un neurotransmisor clave en la adicción, hace que un joven no quiera dejar de jugar, ya que esa satisfacción de querer ganar y empezar a tener un estatus dentro de los videojuegos, con emblemas para aquellos que más tiempo pasen jugando, empieza a absorber a los más jóvenes y esto empieza a convertirse en su realidad.

En mi experiencia profesional, he recibido casos de chicos y chicas que apenas comen o duermen, que han descuidado completamente sus quehaceres educativos, empezando a mostrar signos de una persona drogadicta que se aisla socialmente de su entorno y que han llegado a presentar nieblas mentales o trastornos de ansiedad derivados de ello.

Test para saber si hay algún grado de adicción a los videojuegos

Preguntas:

  1. ¿Te encuentras pensando en videojuegos cuando no los estás jugando?
  2. ¿Te ha costado dejar de jugar, incluso cuando sabes que deberías hacer otras cosas?
  3. ¿Prefieres jugar videojuegos a hacer actividades sociales o familiares?
  4. ¿Has intentado reducir tu tiempo de juego, pero no has tenido éxito?
  5. ¿Te sientes irritable o ansioso cuando no puedes jugar?
  6. ¿El juego interfiere con tus responsabilidades académicas, laborales o familiares?
  7. ¿Has perdido la noción del tiempo mientras juegas y has jugado más de lo planeado?
  8. ¿Te sientes satisfecho o realizado solo cuando estás jugando, y vacío o desinteresado cuando no lo haces?
  9. ¿Has seguido jugando a pesar de que te ha traído consecuencias negativas, como conflictos con amigos, familia o problemas de salud?
  10. ¿Te sientes más motivado a jugar que a realizar otras actividades que antes disfrutabas?

Puntuación:

0-5 puntos: no parece haber una adicción significativa a los videojuegos.

6-15 puntos: puede haber una dependencia moderada.

16-25 puntos: los indicios de adicción son más fuertes. Puede ser útil hablar con un profesional de salud mental para evaluar la situación más a fondo.

NOTA-Test que sirve como guía – Nótese que hay que acudir siempre a un especialista en salud mental para poder diagnosticar cualquier afección psicológica y recibir el tratamiento adecuado-

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Tips para padres sobre cómo evitar la adicción

Evita que tu hijo desarrolle una adicción a los videojuegos. Cabe decir que estos consejos aplican para las videoconsola, los computadores, las tablet o los celulares.

1. Participar en actividades o reuniones para socializar fuera del mundo virtual

  • Las interacciones con nuestros pares ya sean amigos o familiares son fundamentales para mantener un equilibrio emocional saludable, facilitar un ambiente enriquecedor para los más pequeños o jóvenes les beneficiarán en su desarrollo vital.

2. Delimitar el tiempo dedicado a los videojuegos

  • Definirles un horario específico para jugar y evitar que éste se compagine con compromisos como estudiar, trabajar u otra actividad importante. No justificar o ser permisivo es clave para que aprendan a respetar este espacio como entretenimiento y ocio, y no como algo permanente y de fácil acceso.

3. Actividades alternativas o que favorezcan el aprendizaje de una habilidad

  • Crear un espacio para que nuestros niños o adolescentes lean libros, hagan manualidades, toquen un instrumento musical, aprendan a cocinar o realizar alguna actividad creativa en general. Este tipo de actividades fomentan el desarrollo psicomotriz y estimula la actividad cognitiva o neuronal factores clave en su desarrollo vital.

4. Busca apoyo si lo necesitas

  • Hablar con un profesional si sientes que no puedes controlar el tiempo que tu hijo/a dedica a los videojuegos, buscar la ayuda de un terapeuta o psicólogo especializado en adicciones puede ser útil.
  • Participar en grupos de apoyo, tanto presenciales como en línea, donde otras personas comparten sus experiencias

5. Sé consciente de los efectos negativos y habla con tus hijos

  • Reflexiona sobre las consecuencias: piensa en cómo el tiempo excesivo de videojuegos está afectando la vida de tus hijos. ¿Está impactando su salud, sus relaciones sociales o su rendimiento en otras áreas? La reflexión puede ser un buen punto de partida para cambiar el comportamiento de tus hijos y habla con ellos.

Laura María Penagos Arana es psicóloga, Máster en Coaching y Motivación; Recursos Humanos, y divulgadora científica. Actualmente se desempeña como Work Coach en Londres, donde acompaña a profesionales en su desarrollo personal y laboral. Conoce más en el canal Psicoimpact: https://spoti.fi/4agEX4T

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