El primer ministro, Boris Johnson, está frente a la crisis política más seria de su gestión
Esto tiene que ver con una serie de escándalos que han sido revelados en el fin de semana, donde ponen en tela de juicio su probidad como gobernante, en medio de la crisis de la pandemia de Covid-19.
la crisis se desató inicialmente por la filtración de mensajes entre Johnson y un directivo de la empresa Dyson, que quería un contrato para producir equipos de ventiladores para unidades de cuidados intensivos.
A esa filtración le siguió revelaciones del exasesor, Dominic Cummings, quien dijo que Johnson habría usado métodos poco éticos y hasta ilegales para pagar la redecoración de su apartamento en el 10 de Downing Street.
Cummings, arquitecto de la campaña del Brexit para que Gran Bretaña abandone la Unión Europea, dejó repentinamente al personal de Johnson a fines del año pasado, habiendo sido anteriormente su asesor más influyente sobre el Brexit y la campaña electoral de 2019.
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Cummings dijo que los planes de Johnson de que los donantes pagaran en secreto por la renovación de su apartamento en Downing Street eran «poco éticos, tontos, posiblemente ilegales, y casi con certeza infringían las reglas sobre la divulgación adecuada de donaciones políticas».
Cuando se le preguntó el mes pasado sobre los planes de remodelación, la portavoz de Johnson dijo que todas las donaciones, obsequios y beneficios se declararon correctamente y que no se estaban utilizando fondos del partido para pagar la remodelación.
Se reveló este año que se había llevado a cabo una extensa redecoración del piso de Downing Street donde Johnson vive con Symonds y su hijo, Wilfred, con un costo de hasta £200,000.
El problema ha causado una vergüenza particular debido a otro correo electrónico filtrado de un donante y compañero conservador, Lord Brownlow, al copresidente conservador Ben Elliot, que confirmó un pago de £58,000 al partido «para cubrir los pagos que el partido ya ha realizado» en renovaciones.
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Y lo último, ha tenido que ver con supuestas conversaciones del primer ministro, en las que habría dicho que preferiría los cuerpos amontonados «por miles» que ordenar un tercer bloqueo social y económico para detener las infecciones por coronavirus. Esto último fue negado esta mañana el ministro de defensa, Ben Wallace.
Estos puntos han llevado a que la oposición, liderada por el partido laborista y secundada por el SNP, el partido nacionalista de escocia, encabecen un llamado a investigar al gobierno de Johnson por supuestos actos de corrupción.
Aunque el primer ministro está de gira hoy por gales, su secretario del gabinete, Simón Case, dará testimonio ante el comité de asuntos constitucionales y de administración pública de los comunes esta tarde a partir de las 2:15 p.m.
Esta crisis parece en pleno desarrollo. Veremos cómo Boris Johnson, un hábil y experimentado político, logra resolverla sin que afecte su trayectoria, en medio del exitoso plan de vacunación en el Reino Unido y el proceso de aligeramiento de las restricciones por la pandemia.