Resonant Territories: canto de identidad y resistencia en Manchester

Por Arianna Bonazzi

Eventos como Resonant Territories son fundamentales para que los artistas y sus culturas se expresen sin intermediarios ni filtros externos. Esta reseña tampoco pretende ser un intermediario: la mejor manera de entender estas voces es escucharlas directamente, sentir y contagiarse de la energía que emanan las comunidades hispanas, con su naturaleza y dinámica multicultural.

El Instituto Cervantes de Manchester fue el escenario de un evento sin precedentes en la ciudad: Resonant Territories: Sounds of Shared Latin America. Fruto de la colaboración entre el Instituto Cervantes, la radio hispana número uno en Gran Bretaña Somos y la Universidad de Manchester, el evento se consolidó como un espacio donde la cultura latinoamericana se expresó con autenticidad, sin intermediarios.

La velada inició con unas palabras del director del Instituto Cervantes, Don Pedro Jesús Esubio Cuesta, quien destacó la importancia del evento como un “vehículo de preservación cultural y transformación social”. Entre los organizadores también figuraron académicos de la universidad de Manchester, como el profesor Ignacio Aguiló, quien dedica su investigación a la cultura del Cono Sur y la región andina, y la presentadora de radio Cecilia Ramos. Cecilia trabaja para radio AllFM 96.9 y su programa Somos con Cecilia Ramos es el primer programa radial en español en Gran Bretaña, que trabaja para la comunidad hispanohablante.

El valor fundamental del programa y de las iniciativas culturales organizadas por Cecilia Ramos es, sin duda, “hacer comunidad”. En este momento histórico esto representa una necesidad fundamental para recordarnos la importancia de las relaciones humanas, además de la comunicación y el respeto intercultural.

La primera en subir al escenario fue Pukka Malén, una joven cantautora mapuche de la Patagonia argentina. Con sus 17 años, Pukka Malén conquistó al público con una propuesta íntima y emotiva, fusionando el español y el mapuzungun –el idioma mapuche– en letras cargadas de identidad. Su actuación creó una atmósfera mágica, transportando a los asistentes a los paisajes ancestrales de su pueblo. Su música folk y su poesía representaron una parte fundamental de su ser, compartiendo su identidad con los presentes, y permitiendo que quienes la escucharon conocieran también su realidad.

Después de la exhibición de Pukka Malén, se subió al escenario la activista mapuche Rayen Rupayan, de solo 23 años. Cofundadora de Wechekeche ka itrofillmongen (WKI), organización que fomenta espacios para juventudes indígenas, Rayen emocionó a todos con palabras potentes que denunciaban la desaparición de Julia Chuñil, una mujer mapuche de 70 años que fue desaparecida en noviembre de 2024.

“Fue una desaparición forzosa”, afirmó Rayen en medio de la música, subrayando que “la revolución no es revolución si no hay baile”. Su intervención visibilizó una problemática urgente y recordó la importancia de compartir estas realidades en distintos espacios, sobre todo, gracias a la unificación de la información que hoy en día es posible.

El evento continuó con Runa Rap, un grupo de hip-hop ecuatoriano originario de la comunidad Peguche. Conformado por cuatro miembros, aunque solo dos pudieron viajar debido a restricciones migratorias impuestas por el gobierno británico, el grupo fusionó la cultura kichwa con el ritmo rap, dando voz a los wambra kichwa (jóvenes kichwa).

Su actuación estuvo marcada por máscaras nativas y coreografías circulares, un simbolismo de la ciclicidad de la vida en la cosmovisión kichwa. La energía desbordante de su última canción hizo que el público se uniera en un baile colectivo cargado de emoción.

El hecho de que el gobierno británico negara la visa a los otros dos integrantes del grupo genera inconformismo por un mensaje tácito hacia estas comunidades por su procedencia.

No obstante, la presencia de los miembros que lograron asistir fue poderosa, representando un acto de resistencia y celebración frente a las políticas xenofóbicas de los gobiernos, como declaró la organizadora del evento Cecilia Ramos.

Entre las presentaciones musicales, los asistentes pudieron disfrutar de un banquete de gastronomía latinoamericana que deleitó a más de 110 personas. Platos como arepas con palta (aguacate) y carne, salchipapas, quesadillas, arroz, jugos naturales y asado, crearon un ambiente de nostalgia y alegría. La empresa Marie Tropical se encargó del servicio, dejando una excelente impresión por su atención, entre los asistentes.

“La noche prosiguió con Luma Trio, una agrupación liderada por Francisco Carrasco, parte del equipo de Luma Creations, que transportó a los asistentes a los Andes con su música tradicional y vibrante. Francisco también dedicó unas palabras de agradecimiento a los jóvenes músicos y activistas por su coraje al visibilizar sus reivindicaciones a través de la música, subrayando la importancia de una consciencia existencial”.

Finalmente, Gran Familia Warmis, un grupo de danza compuesto por enteras familias ecuatorianas transformó la sala en una pista de baile multigeneracional, donde la alegría de los bailes tradicionales y los colores brillantes de los trajes contagió a todos los presentes.

El evento culminó con una celebración espontánea: el público, artistas y organizadores unidos en el centro de la sala, se unieron cantando y bailando en un éxtasis de hermandad cultural. Resonant Territories: Sounds of Shared Latin America no solo fue un espectáculo artístico, sino un recordatorio del poder de la cultura como herramienta de conexión y resistencia.

Sin duda, una noche para la historia en la comunidad latina –y no solo– de Manchester. El arte, en este caso la música y el baile, es un grito de existencia, una expresión auténtica que trasciende fronteras y une a las personas en una experiencia compartida.

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