El Primer Torneo Liga Latina de fútbol en París hizo vibrar el corazón de la comunidad migrante. Nueve equipos y cientos de asistentes compartieron una jornada de deporte, cultura y fraternidad. El colombiano César Giraldo lideró este proyecto que ya promete una segunda edición llena de pasión y orgullo latino.
París, la Ciudad de la Luz, tiene una extraña forma de acoger a sus hijos adoptivos. Te envuelve en su belleza monumental, pero a la vez, te recuerda a cada paso la distancia que hay de allí a tu tierra. Para un gran número de personas de la comunidad latina, el fútbol se ha convertido en ese bálsamo, el cordón umbilical que los une entre sí para dejar atrás la nostalgia.
El origen de la Liga Latina de fútbol en París
Ese impulso por atraer a amantes del deporte ‘rey’ pero, en especial, abrir un espacio de encuentro comunitario fue lo que llevó a Cesar Giraldo a iniciar un proyecto que se gestó en una cancha francesa, lejos de los estadios en los que vio sus primeros partidos de fútbol junto a su padre.
Este deseo particular creció y trascendió desde el deporte para convertirse en un acto de colectividad pura: el Primer Torneo Liga Latina. Fue tal el éxito del primer gran paso, que ya se anunció el segundo de estos campeonatos en este mes de octubre.
Detrás de este ‘milagro’ de convocatoria y organización efectivamente está César Giraldo, un pereirano con el alma tatuada de fútbol, acompañado de amigos de la vida que también aman el deporte.
César Giraldo, el técnico colombiano detrás del proyecto
César llegó a Francia hace seis años buscando esa promesa que el mundo les hace a los soñadores: nuevas oportunidades. Pero a diferencia de muchos, él traía consigo un mapa y una brújula infalible: su experiencia como jugador profesional de fútbol sala con el Deportivo Pereira, en Colombia y una década de sapiencia como director técnico.

“Mi pasión por el fútbol nace a raíz de mi padre, que siempre me llevó al estadio. Fui un jugador que siempre mostraba un perfil de técnico. Ordenaba, corregía y apoyaba a mis compañeros. Sentí que tenía la capacidad para liderar grupos, y lo demás… fue llegando por añadidura”, nos cuenta César, ese líder innato que transformó la nostalgia en estrategia.
En París, ha tendido puentes entre culturas a través del balón. Desde el equipo latino Pereira París, hasta el francés Les Epinetes Espagñol y el portugués Minhotos de Braga, donde hoy ejerce como director técnico y compite en la categoría R1, de la Federación Francesa de Fútbol, César ha entendido que el fútbol puede ser un dialecto universal para muchos migrantes. Y ahora, junto a su compañero Johnny Cardona, ha dado el paso definitivo: crear un espacio para los suyos, formal, dinámico y de interacción comunitaria y crecimiento.
Nueve equipos y una sola bandera: la comunidad latina
La idea era simple pero ambiciosa: un torneo serio, organizado y, sobre todo, un punto de encuentro para la comunidad latina en París. El objetivo estaba claro; garantizar seriedad y tranquilidad para que el espectáculo deportivo fuera lo que debía ser: una fiesta familiar, de la diáspora y de la celebración de la vida a través del deporte.

Lo que lograron fue un sismo emocional y en una maratónica jornada de un día completo, nueve equipos salieron a la cancha. No eran solo nombres de clubes; eran naciones, era la esencia de un continente puesta a prueba en territorio europeo: Colombia, Perú, la Selección Latina, Bolivia, Paraguay, Pereira, Pantan, Deportivo Cali y El Dorado se reencontraron en la cancha. Cada jugador con su camiseta era un embajador, un luchado representando a su patria.
El formato fue diseñado para exprimir la pasión en tiempo récord: fase de grupos, eliminación directa, semifinal y la esperada final. Un verdadero “campeonato de infarto” tras otro, donde la adrenalina y el cansancio se mezclaban en el césped.
La respuesta de la comunidad fue la primera gran victoria. Cerca de mil personas aproximadamente, entre jugadores, acompañantes y familias enteras, se dieron cita para un día de intenso, pero más que ello, un encuentro cultural para alimentar el alma. Las gradas, usualmente frías y silenciosas en los campos deportivos, cobraron calidez y se convirtieron en un carnaval de acentos, música y el irrefrenable olor a comida latina.
Este compromiso, según César, es lo que hace que todo valga la pena: “demostramos seriedad, claridad y compromiso con los premios, con los horarios y con los espacios. Todos quedaron con ganas de una segunda versión”.
Perú, campeón del torneo inaugural en París

El camino a la final fue un duelo de titanes. Dos equipos sobresalieron por su disciplina, seriedad y juego colectivo, demostrando que la organización es la mitad del éxito: Perú y Colombia.
Perú, un equipo con una larga trayectoria y una sólida estructura en París, llegó a la final demostrando el peso de su experiencia. Su digno contrincante fue Colombia, un equipo más novel, pero con una organización y un fervor que lo impulsará a alcanzar grandes logros competitivos, tras este honroso segundo lugar.
El partido por la Copa fue un cruce de caminos digno de la historia del fútbol migrante. Se jugaba la pasión, el honor de la bandera y el orgullo de la diáspora. Fue un encuentro limpio, táctico, donde el desgaste físico no pudo doblegar l
a voluntad. El onceno peruano, con un juego compacto y eficaz, logró imponerse 2-0 sobre la escuadra colombiana.
El resultado, más allá del marcador, fue la confirmación de que la Liga Latina es una realidad, una plataforma competitiva que ya tiene su primer campeón, forjado en la constancia y el esfuerzo lejos de casa.
Ya llega el segundo Torneo de la Liga Latina de fútbol en París
Para César Giraldo y su equipo organizador, la satisfacción es total, ‘un gol de media cancha al vacío existencial’. “Es totalmente satisfactorio realizar un torneo de esta magnitud, saber que podemos unir toda nuestra cultura latina por medio de un evento deportivo, donde compartimos música, comida, juegos, e integramos a todos nuestros hermanos”.
Esta Liga no es solo un espacio deportivo; es una declaración de principios. Es el recordatorio de que, incluso en la inmensidad de una ciudad como París, la familia latina tiene un lugar donde reunirse, un lugar donde el acento no necesita subtítulos y donde el sentir migrante se disipa con el primer toque de un balón.

La segunda versión ya está en marcha, con la promesa de un mes completo de fútbol y la expectativa de doce equipos en contienda. La dificultad de conseguir canchas en París, ese ‘terreno de juego’ esquivo, no es un obstáculo para la voluntad de hierro de César, su compañero Cardona y esa familia que han construido alrededor del deporte, esa multicomunidad diversa, unida por las raíces latinoamericanas de la geografía.
“Nuestro mensaje es a todas esas personas que siempre quieren mejorar: Que el deporte además de salud nos permite disfrutar del amor que debemos tener hacia nuestros compatriotas, y a las personas que se sienten forasteras en un país que está lejos de nuestros orígenes”, dice Cesar, emocionado y orgulloso.
Y con este mensaje de unidad y esperanza, el balón queda rodando en París. La diáspora en la cancha ha dado su primer grito de gol. Y es un grito que resuena con sabor a casa.
El ‘Factor X’ de la Liga Latina de fútbol en París
ELEMENTO | DESCRIPCIÓN | IMPACTO COMUNITARIO |
Organización | Seriedad en horarios, premios y espacios. | Generó confianza y deseo de una segunda versión. |
Integración | Fusión de música, comida y juegos. | Creó un ambiente afable de “sentirse en casa”. |
Financiamiento | Recaudación propia y apoyo de empresas latinas. | Convirtió la comunidad en motor de su propio crecimiento. |
Legado | Un espacio deportivo frecuente para migrantes. | Luchar contra la dificultad de conseguir canchas en París. |