Boris Johnson, planea continuar en el cargo de primer ministro y está decidido a cumplir lo que prometió a la gente
Tras un día tumultuoso de renuncias ministeriales, Boris Johnson, planea continuar en el cargo de primer ministro y está decidido a cumplir lo que prometió a la gente en las últimas elecciones generales. Así lo dejó saber el gobernante al tener que realizar un rápido enroque en su gabinete de gobierno, seguido de la inesperada renuncia de Rishi Sunak, el hasta ayer jefe de las finanzas públicas, y de Sajid Javid, quien fungía como secretario de Salud.
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Johnson argumenta que tiene un mandato de las elecciones generales de 2019, lo que significa que puede permanecer en el cargo, a pesar de la agitación de ayer.
El primer ministro intentó recuperar su autoridad nombrando rápidamente a Nadhim Zahawi como su canciller y a Steve Barclay como secretario de Salud. Pero la credibilidad de la medida se vio socavada cuando surgieron informes de que Zahawi había amenazado con renunciar a menos que consiguiera el trabajo en lugar de la secretaria de Asuntos Exteriores, Liz Truss.
Las dimisiones de Javid y Sunak, ambos considerados potenciales futuros contendientes al liderazgo, se producen en un momento de peligro significativo para el primer ministro.
La crisis de gobierno se desató ayer en la tarde, por el manejo catastrófico de Johnson del escándalo de conducta sexual que rodeó a Chris Pincher, después de que admitiera haber nombrado a su aliado como jefe adjunto del partido conservador en Parlamento a pesar de haber sido informado de acusaciones de mala conducta en su contra.
Solo unos segundos antes, Johnson había dicho a las cámaras que lamentaba sus errores al nombrar a Pincher, y había recorrido el salón de té de la Cámara de los Comunes diciendo que «todo el mundo merece una segunda oportunidad».
El problema es que Johnson no está en su segunda oportunidad, sino en un número mucho más alto que después de escándalos como Partygate, los donantes conservadores que financian sus renovaciones planas, su anulación de los consejos del Servicio de Seguridad para dar una nobleza a Evgeny Lebedev e intenta reescribir el sistema de estándares.
En Downing Street, el primer ministro dijo estar cumpliendo sus funciones. Pero el estado de ánimo en el Partido Conservador luce distinto y los analistas piensan podría haber más renuncias de miembros del gobierno. La pregunta que es el primer ministro pueda enfrentar a otro voto de confianza y será expulsado.
Cualquier decisión estaría en el llamado Comité de 1922 conservador, que supervisa los votos de confianza. Este organismo contralor estará eligiendo a su ejecutivo en los próximos días y ese voto se ha convertido en un indicador de preguntas sobre el liderazgo del primer ministro.
Los críticos del primer ministro confían cada vez más en que pueden forzar un cambio de reglas, y tal vez una votación antes de que comiencen las vacaciones de verano en quince días.
En su carta de renuncia, Sunak dijo que el público esperaba que el gobierno se llevara a cabo «de manera adecuada, competente y seria».
Javid escribió: «Puede que no siempre hayamos sido populares, pero hemos sido competentes para actuar en el interés nacional. Lamentablemente, en las circunstancias actuales, el público está concluyendo que ahora no somos ninguno de los dos».
Añadió: «El voto de confianza del mes pasado demostró que un gran número de nuestros colegas están de acuerdo. Fue un momento para la humildad, el agarre y la nueva dirección. Sin embargo, lamento decir que me queda claro que esta situación no cambiará bajo su liderazgo y, por lo tanto, usted también ha perdido mi confianza».
Sunak destacó las diferencias de opinión sobre la gestión económica entre él y Johnson en el período previo a un discurso conjunto que la pareja había planeado la próxima semana. Aumentará la especulación de que no ha renunciado a una carrera en el primer ministro.
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Sus dimisiones fueron seguidas por la renuncia de varios conservadores menores, incluido Alex Chalk como procurador general, quien dijo que ya no podía «defender la cultura y el rumbo establecidos en la vigilancia [de Johnson]». Jonathan Gullis, un ex lealista, renunció como secretario privado parlamentario, mientras que Bim Afolami renunció como vicepresidente del partido.