¿Cómo se hacen los espejos?

Necesitamos espejos para arreglarnos. Nos miramos todos los días en ellos para ver nuestro reflejo. Unos días nos alegran la vista y otros preferimos no habernos mirado. El caso es que ellos ahí están para recordarnos cómo somos por fuera, físicamente y son los únicos que siempre nos devuelven la mirada.

A pesar de ser utensilios de diario no conocemos los pasos que necesitamos hacer para fabricar uno de ellos.

Si queremos crear uno tenemos que cubrir una lámina de vidrio, que previamente ya hemos cortado con la forma deseada, con plata o aluminio mediante un proceso químico. El vidrio debe pulirse perfectamente para evitar distorsiones en la imagen reflejada y ser lo más plano posible.

En las producciones industriales especializadas en la producción de espejos el metal que cubre el vidrio pasa por un proceso de ebullición en cámaras especiales y, más tarde, es unido a la placa de vidrio en una capa delgada que se adiciona perfectamente. Se necesitan materiales como el nitrato de plata, amoníaco, agua destilada y sales de Rochelle. Todos estos materiales mezclados conforman la futura plata líquida que irá detrás del vidrio.

Siempre se recurre a la ayuda de máquinas especializadas para estos procesos tales como el vaporizador y las calderas para metal.

Para finalizar se pinta la parte de atrás del espejo para proteger la capa metálica de los posibles rasguños y daños exteriores.

Existen otras producciones más simples para fabricar un espejo personal dependiendo de los materiales que queramos utilizar. Si los fabricamos por nosotros mismos podremos tener el espejo que siempre quisimos. En internet hay miles de diseños y pasos sencillos para crear uno manual.

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