Las sanciones a Rusia deben mantenerse hasta que todas las tropas abandonen Ucrania, aseguró Liz Truss

Los países de Occidente no deben levantar las sanciones contra Rusia hasta que todas sus tropas hayan abandonado Ucrania y Vladimir Putin no pueda volver a montar tal ofensiva, pidió la secretaria de Asuntos Exteriores, Liz Truss.

La jefe de la política exterior británica hizo este pronunciamiento tras conversar con el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, en Varsovia, donde los dos discutieron cómo aumentar al máximo las sanciones contra Rusia a raíz de los presuntos crímenes de guerra revelados en Bucha.

«No se debería hablar de eliminar las sanciones, mientras las tropas de Putin están en Ucrania, y la amenaza de agresión rusa se cierne sobre Europa. Necesitamos ver a Putin retirar sus tropas. Necesitamos que se restablezca la plena integridad territorial de Ucrania. Necesitamos que se detenga la capacidad de Rusia para nuevas agresiones», dijo la ministra británica.

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Apuntó que las sanciones ya habían hecho retroceder la economía de Rusia en 15 años, pero ahora era necesario ir al nivel máximo de sanciones, ya que ya había ocurrido lo peor en términos de atrocidades.

A su juicio, Vladimir Putin solo respondió a la fuerza, y agregó que el Reino Unido tiene la intención de presionar para que se acuerde un calendario para poner fin a la dependencia occidental de la energía rusa en una reunión de ministros de Asuntos Exteriores del G7 a la que asistirán Alemania e Italia, dos de los países más dependientes de la energía rusa.

Kuleba instó a cualquier ministro de Asuntos Exteriores que pensara en votar en contra de dicho embargo a que fuera el primero en visitar las fosas comunes en Ucrania, añadiendo que las medidas a medias ya no son suficientes. Dijo que temía que los cuerpos descubiertos en Bucha fueran solo la punta del iceberg y que se descubrirán peores horrores cuando se levante el asedio de Mariupol.

«Puedo decirles sin exagerar, pero con gran pesar, que la situación en Mariupol es mucho peor en comparación con lo que hemos visto en Bucha y otras ciudades, pueblos y aldeas cerca de Kiev», dijo.

En una conferencia de prensa después de su reunión, Truss anunció 10 millones de libras adicionales en fondos del Reino Unido para ayudar a las víctimas de violencia sexual en el conflicto, así como asesoramiento técnico, incluso de la policía metropolitana, para ayudar a Ucrania a reunir pruebas de crímenes de guerra.

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Ambos ministros se unieron al llamamiento de Estados Unidos para que Rusia sea expulsada del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Pidiendo una nueva y dura ola de sanciones, Truss dijo que «La realidad es que el dinero sigue fluyendo de Occidente a la máquina de guerra de Putin. Eso tiene que parar».

Pidió la prohibición de los barcos rusos en los puertos europeos, el cierre del acceso de los bancos rusos a los sistemas de pago internacionales, una represión de las ventas de oro ruso por parte del banco central ruso, así como el calendario para poner fin a la dependencia de la energía rusa.

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