Boris Johnson realizó cambios a su gabinete, en un nuevo intento por lavarse la imagen

El primer ministro británico, Boris Johnson, que lucha por su supervivencia política, reorganizó ayer tarde su administración para tratar de apaciguar a sus legisladores enojados por una serie de escándalos por el llamado Party Gate, de fiestas en Downing Street Durante la pandemia.

Johnson se había comprometido a restablecer su cargo de primer ministro para cambiar el rumbo de su crisis más grave hasta el momento, alimentada por las consecuencias de una serie de eventos con alcohol en su oficina y residencia de Downing Street durante las estrictas restricciones de cierre de COVID-19.

Los cambios no incluyeron ninguno de los puestos superiores del Gabinete.

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Después de nombrar nuevos empleados para su equipo en el Número 10, Johnson reorganizó su operación de «látigos»: el equipo de legisladores que impone la disciplina en el gobernante Partido Conservador para asegurarse de que los legisladores respalden la política del gobierno.

Mark Spencer, quien era el látigo principal, fue reemplazado por el legislador Chris Heaton-Harris, un aliado cercano de Johnson que ha estado trabajando para reforzar el apoyo entre los legisladores durante meses de informes sobre fiestas para romper el encierro en Downing Street.

Spencer se convierte en el líder de la cámara baja del parlamento, la Cámara de los Comunes, reemplazando a Jacob Rees-Mogg, quien fue nombrado ministro de oportunidades para el Brexit y eficiencia del gobierno.

«Se trataba de hacer cambios tanto en el funcionamiento del Número 10 como cambios para fortalecer esa relación entre el Gabinete, el Parlamento y el Número 10 y creo que eso es lo que estamos tratando de lograr», dijo el portavoz a los periodistas.

Describió el nombramiento de Rees-Mogg como uno para «impulsar los cambios que ahora podemos hacer ahora que hemos dejado la UE (Unión Europea) cumpliendo con nuestra agenda posterior al Brexit».

Johnson prometió a sus legisladores la semana pasada que modificaría las operaciones en su oficina número 10. Cuatro de sus colaboradores más cercanos renunciaron el jueves.


El legislador Andrew Griffith fue nombrado jefe del departamento de políticas de Johnson y el ministro de la oficina del gabinete, Stephen Barclay, se convirtió en su nuevo jefe de personal. También ha nombrado a un antiguo colega, Guto Harri, como su nuevo director de comunicación.

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Varios legisladores conservadores y líderes de la oposición han exigido la renuncia de Johnson. La oposición lo acusa de engañar al parlamento, acusación que él ha negado.

Estos cambios en el gabinete se da en momentos en que uno de los principales financistas del partido Conservador, aseguró que el cargo de primer ministro de Boris Johnson ha «pasado el punto de no retorno» y debería renunciar.


John Armitage, quien ha dado a los conservadores más de 3 millones de libras esterlinas.
le dijo a la BBC que los desafíos que enfrenta Occidente exigen políticos «serios y comprometidos».
Ha dado a los tories más de 500.000 libras esterlinas desde que Johnson se convirtió en primer ministro, pero el año pasado donó 12.500 libras esterlinas a los laboristas.


Un portavoz conservador dijo que el gobierno seguía «totalmente centrado en cumplir con el pueblo británico».


El martes, Johnson llevó a cabo una pequeña reorganización de su gabinete, mientras intenta volver a conectarse con los parlamentarios que cuestionan su futuro luego de las revelaciones de fiestas celebradas en Downing Street durante los cierres de Covid-19.


Los laboristas, los demócratas liberales, el SNP y algunos de sus propios diputados le están pidiendo que renuncie.


Pero Johnson ha insistido en que cambiará la cultura dentro del número 10 y se centrará en cumplir la agenda que le valió una victoria aplastante en las elecciones de 2019.

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