Mañana entra en vigor el plan B del gobierno para contener la variante omicron

El primer ministro, Boris Johnson, se apuró anoche a imponer a nuevas restricciones de Covid, contenidas en el llamado plan B, ante los temores de un aumento exponencial en la variante Omicron de coronavirus.


De acuerdo a esto, se exigirá el certificado o pasaporte de vacunas en lugares de grandes conglomeraciones, y hay la obligación del uso de tapabocas en sitios cerrados, mientras que se pide volver al teletrabajo desde el próximo lunes.


Este anuncio se produjo justo en momentos en que su gobierno se ha visto envuelto en una crisis de credibilidad provocada por el escándalo por revelaciones de fiestas de navidad en diciembre del año pasado en la sede gubernamental cuando era ilegal realizar reuniones.

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Johnson argumentó que las nuevas restricciones se decidieron atendiendo la advertencia de expertos científicos del gobierno advirtiendo sobre 10 infecciones por Omicron en el Reino Unido, que aumentarían a 1 millón para fin de mes y se predice que podría haber hasta 2,000 ingresos hospitalarios por día.


Pero el anuncio del miércoles por la noche sobre la implementación de las medidas del plan B se produjo en medio de acusaciones de que el propio personal de Johnson violó las reglas de bloqueo el año pasado.


El opositor partido Laborista aseguró que Boris Johnson había perdido su «autoridad moral» y algunos parlamentarios de su partido Conservador cuestionaron por qué el público debería seguir ahora los consejos oficiales, si los funcionarios del gobierno no lo hicieron antes.


En una conferencia de prensa en Downing Street, Johnson dijo que las personas deben trabajar desde casa siempre que sea posible a partir del lunes y que los tapabocas serían un requisito legal en la mayoría de las áreas públicas interiores como teatros y cines a partir del viernes, con exenciones para comer y beber en lugares de hospitalidad.


Como novedad entre las restricciones por covid se incluye la exigencia de pasaportes de vacunas disponibles para las personas con doble vacuna en la aplicación del NHS, para aquellos que quieran asistir a lugares grandes y potencialmente abarrotados, como clubes nocturnos. Pero Johnson insistió en que no era necesario cancelar las fiestas navideñas o los juegos de Navidad, y los clubes nocturnos permanecerán abiertos.


Se espera que las medidas sean llevadas a una votación en el parlamento la próxima semana, y desde ya los analistas políticos prevén que el gobierno se enfrente a una rebelión sustancial.


El secretario de Salud, Sajid Javid, fue interrumpido en la Cámara de los Comunes cuando informaba de los detalles del plan B. Al respecto, parlamentarios conservadores acusaron al primer ministro de una «táctica de distracción», y cuestionaron por qué alguien debería «hacer cosas que la gente que trabaja en el número 10 de Downing Street no está preparada para hacer».


El malestar contra el primer ministro llevó a que otros parlamentarios, entre ellos Douglas Ross, el líder de los conservadores escoceses, dijera que Johnson debería renunciar si se comprueba que ha engañado a los Comunes, mientras que Ruth Davidson, una exlíder conservadora escocesa, dijo que “Nada de esto es ni remotamente defendible. No tener fiestas ocupadas y borrachas mientras otros se apegaban a las reglas, no podían visitar a sus seres queridos enfermos o moribundos. Ni negar de plano las cosas que son fácilmente demostrables. No tomar al público por tontos «.

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En un intento por calmar el furor, Johnson se disculpó en ante la Cámara de los Comunes, por el video filtrado que muestra a su asistente Allegra Stratton riendo y bromeando sobre la fiesta celebrada el 18 de diciembre del año pasado. El premier dijo estar «enfermo» por el video, le pidió a Simon Case, el secretario del gabinete, que investigara si el evento había cumplido con las reglas de Covid y prometió sanciones si se confirma que se infringió infringe las reglas.


Stratton, la portavoz de la Cop26, renunció más tarde en una declaración llena de lágrimas frente a la puerta de su casa, diciendo que debería «lamentar esos comentarios por el resto de mis días».
Johnson negó la acusación de que las nuevas reglas se habían apresurado para distraer la atención de la crisis que lo envolvía.


«El público británico … puede ver la importancia vital de la información médica que estamos brindando y puede ver la necesidad de tomarla en serio y actuar en consecuencia», dijo.


“Imagínese el contrafactual. La gente dice que de alguna manera estamos haciendo este anuncio para que coincida con eventos políticos, bueno, imagínense que este paso se retrasó debido a eventos políticos. ¿Qué diría la gente entonces? Tienes que actuar para proteger la salud pública cuando tienes pruebas claras «.


Chris Whitty, director médico de Inglaterra, dijo que la gente «se enoja mucho cuando siente que las reglas son injustas», pero esto debe separarse de la evidencia que muestra que las restricciones son necesarias.

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